jueves, 6 de mayo de 2010

Esperando por el sábado...

Imagino en estos momentos las sensaciones o pensamientos de los hinchas de Talleres.

Seguramente, el partido del sábado debe ser su preocupación central por estas horas. Sobrarán promesas, imaginarán situaciones, especularán con cábalas o simplemente, dejarán pasar el tiempo hasta que el sábado marque las 11 de la mañana y la pelota ruede bajo el ensordecedor aliento de las tribunas albirrojas.


Aquellos entrados en años, tendrán presente algún familiar o amigo que no puede asistir, o que ya no está. Recordarán los mejores momentos vividos en Timote y Castro, y alguna amargura también pasará de manera esquiva por la mente. Los más jóvenes, los imagino ansiosos, expectantes por lo que viene; sin dudas que es algo nuevo para ellos. Cuestiones etarias al margen, la ansiedad y la esperanza serán –seguramente- los sentimientos dominantes.


Lo cierto es que luego de mucho tiempo, Talleres juega una final, y en este caso tiene chances concretas de retornar a Primera “B”. Un lugar que nunca debería haber perdido, y al que su gente quiere volver lo antes posible.


Ningún logro se consigue sin esfuerzo. Que mejor que los hinchas de Talleres lo saben. Aquellos pioneros de 1906, no se dieron por vencidos durante los primeros años de vida, y luego de un parate, volvieron a fundar el club. Transitamos la gloria de los años de Primera, y fuimos grandes en el básquet. Crecimos socialmente de una manera inimaginada. Pero también conocimos la amargura de los malos momentos. ¿Que más puede soportar un hincha fiel? Sufrimientos, descensos, y una situación de quiebra que se extendió casi 10 años, y que nos tuvo al borde de la desaparición.

A todo eso siempre logramos sobreponernos: el hincha albirrojo tiene un carácter singular, una fuerza de voluntad casi inconmovible. Quizás el nervio futbolístico que atraviesa su existencia, le otorga un sentido especial. Parece como que fuera distinto a otros. Sabe que todo es siempre a base de esfuerzo, de ponerle el cuerpo a la situación. Pero por sobre todas las cosas, es consciente de lo más importante: siempre sale adelante Talleres.


Este sábado, vayamos a disfrutar del partido. Llenemos la cancha de color y alegría albirroja. Y si nos toca festejar, pensemos en aquellos que nos rodean en la tribuna, y veamos su alegría, similar a la nuestra. Entonces estás palabras cobrarán sentido.


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