Hace algunos meses la
Universidad Nacional de San Martín, publicó un libro denominado “La Cancha
Peronista” compilado por el sociólogo Raanan Rein, y en el que podemos
encontrar un artículo dedicado a Talleres, escrito por el sociólogo Mariano
Gruschetsky. A lo largo de sus 276 páginas, “La Cancha Peronista”, indaga en el rol del estado en el deporte
en el período 1946-1955, haciendo especial hincapié en el vínculo entre los gobiernos
peronistas y algunos clubes. Conversamos con el autor del artículo sobre
Talleres.
¿Como surge la idea de “La
Cancha Peronista?
Hace como dos años el Historiador Israelí, Raanan Rein, especialista en
temas de peronismo publicó un libro "Los Bohemios de Villa Crespo. Judíos
y fútbol en la Argentina" y en esa oportunidad se puso en contacto con una
serie de investigadores que conformábamos el Centro de Estudios del Deporte,
aquí en la Argentina. Casi todos coincidíamos en la poca existencia de trabajos
de investigación que desde las ciencias sociales hayan tomado los clubes como
tema. De ahí surgió la idea de tomar un período, y en ese caso, el peronismo
era bastante atractivo.
¿De qué trata el libro
y que parte ocupa Talleres?
El libro intenta brindar un panorama acerca de la relación que existió
entre los clubes de fútbol y el primer peronismo, para conocer seriamente el
período y como no podía ser de otra manera derribar ideas y mitos
muy instalados en la sociedad argentina. El principal era
aquel que planteaba al gobierno de Perón como una fuerza monolítica capaz
de controlar todos los aspectos y dimensiones de la sociedad, entre ellos, por
supuesto el deporte. El libro, llega casi a la conclusión contraria.
La gran pregunta que nos hicimos fué ¿Durante el período 1945-1955 los
clubes se "peronizaron"? Y la respuesta es que hubo múltiples
situaciones y matices. Clubes que se "peronizaron" como River, Boca y
Gimnasia; otros que lo hicieron a medias, y algunos que se
opusieron fervientemente , como Estudiantes de La Plata, o el
caso de Velez, que se hicieron los distraídos, como si nada
hubiese cambiado. Lo interesante y llamativo, es que indistintamente de esa
actitud casi todos los clubes obtuvieron apoyo del estado peronista. Uno de los
primeros mitos que derriba el libro es aquella famosa idea sobre que Perón le
construyó la cancha a Racing, y de ahí su apodo "deportivo
Cereijo" en honor al activo ministro de Hacienda de Perón. Claro que
Racing recibió ayuda económica, pero al igual que el resto que muchos
otros los clubes. Y Cereijo recorrió y fué agasajado en varios de ellos. Por
ejemplo fué nombrado socio honorario de Velez, club que no adoptó ninguno de
los símbolos peronistas durante todo el período.
¿Y Talleres?
Por un lado tiene el atractivo de la tradición socialista escaladana, a
la vez que aporta al libro al ser un caso que se aleja de los clubes de mayor
convocatoria. Es decir completa el panorama.
¿Cómo llegaste a
involucrarte con Talleres? ¿Por qué te interesó..?
Un día, estando en la biblioteca
de la AFA revisando datos sobre cantidad de socios de clubes la década del 30
me topé con una Memoria y Balance de Talleres e inmediatamente me llamo la
atención que tenía un número alto de socios en relación con su perfomance
futbolística. Aún sin conocer casi nada de la historia del club,
intuí que estaba ante un caso interesante. Cuando me contaron que había sido
intervenido, el caso cayó de maduro
¿A que conclusiones
arribaste tras tu estudio?
La conclusión más fuerte que surge del trabajo nos permite afirmar
que el surgimiento del peronismo produjo un impacto considerable en la vida política del
club. Básicamente podríamos decir que la emergencia de este movimiento
político en la vida nacional puso en tensión ciertas formas de hacer política
en la institución, fundamentalmente representaciones muy arraigadas entre
socios y dirigentes. Puntualmente se trató de aquella idea que
sostiene que la apoliticidad debe regir la existencia de los clubes. José Zenon
Baldi, quien fuera presidente del club, como expresión del peronismo en
Talleres, rompió por un momento con esta lógica, poniendo las diferencias
políticas partidarias en la superficie, dándoles así visibilidad. Con la
incorporación de la liturgia del peronismo al club, forzó el posicionamiento de
propios y ajenos. Sin embargo y visto en perspectiva, pareciera que ese
momento, que duró apenas 2 años, fué solo una excepción. De la mano del
también peronista Cousiño el club vuelve a la “normalidad”, a la lógica de
siempre.
Tras el capítulo sobre
Talleres, ¿hay nuevos proyectos donde el club siga siendo objeto de
estudio?
En mi caso personal
estoy realizando mi tesis de doctorado en Ciencias Sociales de la UBA, cuyo
título es “Clubes de fútbol y espacio urbano en el proceso de expansión del
Gran Buenos Aires” y pretende analizar la relación existente entre
la aparición y desarrollo de clubes de fútbol profesional y el proceso de
desarrollo urbano del Gran Buenos Aires en el período 1920-1970. Aquí Talleres
será uno de los casos a trabajar.
Entrevista: Ariel Cappelletti
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